Intercambio migrante /
2004-2005
Eder Castillo, Rene Hayashi y Gabriel Ecalante /
Tlalnepantla Mexico 2004-2005
Eder Castillo, Rene Hayashi y Gabriel Ecalante /
Tlalnepantla Mexico 2004-2005
Tras un acercamiento previo al tema de la migración y sus posibilidades en cuanto dinámica relacional se crea el proyecto de intercambio en un mercado ambulante de la zona centro del municipio de Tlalnepantla, en una localidad del estado de México donde se encuentra el cambio de vía del ferrocarril proveniente de la frontera sur hacia la frontera norte.
Encontrando que el trafico de indocumentados por la zona es considerable y de las necesidades de subsistir ante tales condiciones de transito, se plantea un taller de intercambio en el que a partir de sus conocimientos en la fabricación de objetos se crean piezas que son intercambiadas posteriormente. La elaboración de los productos van desde el reciclaje de su misma ropa, que es intervenida previamente en conjunto con dibujos y frases alusivas como “no soy asaltante, solo soy un migrante”, “voy pa mi USA” , pequeños retratos hechos con trozos de cabello y papel reciclado, juegos de mesa hechos a base de madera y cabello con reglas que se direccionan a la dinámica de supervivencia de los convictos en prisión /puesto que muchos son recluidos antes de ser deportados/ y hasta muñecas tatuadas como “maras salvatrucha” de recuerdo, entre otras piezas.
El intercambio se llevo a cabo en un mercado cercano a la zona del ferrocarril, a manera de galería ambulante donde los migrantes pudieron cambiar sus obras por comida, ropa limpia o algún otro objeto de su utilidad.
Encontrando que el trafico de indocumentados por la zona es considerable y de las necesidades de subsistir ante tales condiciones de transito, se plantea un taller de intercambio en el que a partir de sus conocimientos en la fabricación de objetos se crean piezas que son intercambiadas posteriormente. La elaboración de los productos van desde el reciclaje de su misma ropa, que es intervenida previamente en conjunto con dibujos y frases alusivas como “no soy asaltante, solo soy un migrante”, “voy pa mi USA” , pequeños retratos hechos con trozos de cabello y papel reciclado, juegos de mesa hechos a base de madera y cabello con reglas que se direccionan a la dinámica de supervivencia de los convictos en prisión /puesto que muchos son recluidos antes de ser deportados/ y hasta muñecas tatuadas como “maras salvatrucha” de recuerdo, entre otras piezas.
El intercambio se llevo a cabo en un mercado cercano a la zona del ferrocarril, a manera de galería ambulante donde los migrantes pudieron cambiar sus obras por comida, ropa limpia o algún otro objeto de su utilidad.
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